Primero y Segundo Grado tuvieron su Campamento
Primero y Segundo grado tuvieron su campamento anual. Alberto, su profesor, nos cuenta cómo lo vivieron…
“Desde muy temprano fueron llegando los chicos, algunos con caras de alegría, otros de emoción y algunos
con cara de sueño. Cuando llegó el último nos subimos a los micros y emprendimos nuestro viaje.
Le cantamos al chofer para que apure el motor, y así fue que, cuando nos quisimos dar cuenta
estábamos llegando a Escobar.
Una vez que bajamos del micro con todos los elementos, nos dividimos en equipos para armar las
carpas y en tiempo record, ya estábamos jugando dentro de ellas.
Llegó el mediodía y nos deleitamos con unos ricos sándwiches de carne, al terminar, nos fuimos al
bosque donde los más pequeños hicieron una construcción rústica, y los más grandes, jugaron al juego de
“Reyes, Peones y Reinas”.
Con las manos listas para trabajar, llegó el gran momento, el desafío esperado: los Hornos de
Barro. El armado fue muy entretenido hasta que llegó el momento de ensuciarse, ahí las caras de
algunos pasaron de muy alegres a de no tan buenos amigos. ¡Fue genial!
Tras la merienda nos preparamos para ir a buscar leña para el fogón.
Partimos con Primer grado hacia el bosque mientras Segundo se dirigía a las carpas para terminar
de arreglar todo para la noche.
Nos deleitamos con varios juegos y a medida que oscurecía comenzamos a prender las linternas. Era momento para los Juegos Nocturnos. ¡Qué divertido!
Cenamos en el quincho y de ahí al Fogón. Todos comenzaron a cantar y a bailar con mucho entusiasmo,
tanto que nadie quería irse a dormir a pesar de las caruchas de sueño.
Después de una noche tranquila, la mañana nos saludó con mucho ruido ¡desde muuuy temprano!
Desayuno, tiempo de ordenar todo ¡y a jugar! Esta vez fue el turno del puente de sogas, fútbol
siamés, Piki y mucho más. Y como jugar da ganas de comer, nos pusimos a cocinar las pizzas en los hornos. Realmente salieron muy ricas, los chicos querían más y más.
La Búsqueda del Tesoro puso fin a esta experiencia tan enriquecedora que les permitió a los chicos compartir momentos de intercambio y aprendizaje, lograr mayor autonomía e independencia, y descubrir el valor de la vida en la naturaleza.
¡Bravo por nuestros alumnos de Primero y Segundo Grado!
Alberto”